Contents
Si tu Instagram no vende, entretiene o enamora, no tienes que comprar followers en Instagram…
Estás perdiendo el tiempo y yo puedo arreglarlo.
Te lo digo sin anestesia:
Si tu contenido no provoca nada, no te sirve de nada.
Da igual cuántas canciones tengas.
Cuántos proyectos.
Cuántas ideas.
Si no sabes cómo contar lo que haces…nadie te va a comprar, nadie te va a escuchar.
No es culpa tuya.
Te enseñaron a crear, no a comunicar.
Y ahí es donde entro yo.
LA TIENDA QUE TENÍA LOS MEJORES PRODUCTOS Y NO VENDÍA UNA MIERDA
Tenía un colega que vendía ropa hecha a mano.
No, no era cualquier mierda de Shein revendido.
Era ropa de calidad, brutal, hecha por él con diseños únicos.
Cada prenda tenía historia.
Pero en su Instagram… Solo había fotos suyas con cara de empanado.
Descripciones del tipo:
Sudadera negra, algodón 100%.
Fin.
¿Adivina qué pasó?
No vendía ni una braga.
Y mientras tanto, el típico tonto con camisetas estampadas de “Believe in yourself” a 40€, lo petaba.
¿Por qué? Porque ese cabrón sabía contar.
Sabía hacer que una camiseta fuera un símbolo.
Una historia.
Un movimiento.
Lo mismo te está pasando a ti.
Tu Instagram puede tener fotos bonitas, música increíble, una voz que emociona… Pero si no sabes provocar deseo, risa o escalofríos con lo que publicas… estás gritando en una cueva vacía.
Tu problema no es el talento.
Tu problema es la comunicación.
No necesitas followers comprados.
Necesitas impactar.
Y para eso estoy yo.
Yo soy ese colega que entra, te coge el perfil, y dice:
Vale, esto lo tiramos, esto lo afilamos, esto lo hacemos explotar.
Instagram no es para lucirte.
Es para conectar, vender y reventar cabezas.
Así que dime:
¿Vas a seguir subiendo selfies o vas a empezar a generar deseo real?
¿Qué hago por ti? Y no es comprar seguidores reales Instagram
Agarro tu contenido de Instagram y le doy forma para que muerda.
Para que llame la atención y no la suelte.
Para que un desconocido te vea y diga:
Quiero saber más de esta persona.
Voy a meter tu contenido en grupos, redes sociales, stories, TikToks, reels, X (Twitter) y en donde haya que meterlo para que empiece a moverse.
No soy influencer.
No soy community.
Soy estratega.
Y tengo hambre.
No vendo seguidores.
UN CARNICERO QUE NO SABE COMO VENDER SU CARNE
Preparo carne cruda para que muerda.
¿Sabes lo que hace un buen carnicero con una pieza de carne buena?
No la revienta con especias baratas.
No la ahoga en salsa para disimular el sabor.
La corta con precisión.
La presenta como una obra de arte.
Y luego la pone al fuego justo el tiempo necesario para que huela desde tres calles más abajo.
Eso es lo que hago con tu contenido.
No me ando con tonterías.
Tu contenido no lo dejo en tu feed muriéndose de pena.
Lo lanzo.
Lo empujo.
Lo meto en grupos, en redes, en TikToks, en reels, en stories, en X (Twitter), en donde haya un humano con pulgar y tiempo libre.
Es como si tu música fuera buena carne… Y yo fuera el chef cabreado que no acepta que se quede en el congelador.
¿Qué necesito para dejar para de comprar me gusta Instagram de una vez por todas?
Que tu contenido sea bueno.
No perfecto.
Bueno.
Real.
Tuyo.
Si lo es, despegamos rápido.
Pero que quede claro algo: Aquí no se trata solo de subir vídeos bonitos, ni fotos en blanco y negro.
Aquí hay que comunicar con cojones.
Con estilo.
Con emoción.
Con técnica.
Hay que hacer que la gente sienta.
¿Tu música es buena? Me alegro.
¿Tu imagen acompaña? Mejor.
¿Tu forma de contar lo que haces está en pañales?
No pasa nada.
Te ayudo.
MUCHOS NOMBRES PARECIDOS A MARCAS DE DETERGENTES
Te voy a contar algo que no me enorgullece, pero que quizá te suene.
Hubo un tiempo en que yo también compraba likes.
Sí, lo confieso.
Tenía posts con 213 me gusta y 4 comentarios.
Y dos de esos eran míos.
Otro era un bot tailandés con nombre de detergente.
Y el último, un “🔥🔥🔥” que no sabía si era por mi foto o por un incendio en su barrio.
Yo me miraba al espejo y decía:
Estoy haciendo todo bien… ¿no?
Publicaba mis fotos en blanco y negro.
Vídeos con frases profundas.
Hasta me grabé tocando un piano que no sabía tocar, por estética.
Y nada.
El algoritmo me ignoraba.
La gente me ignoraba.
Y yo, cada vez más cabreado, más roto y más dependiente de los me gusta mágicos, que compraba como quien compra ansiolíticos digitales.
Hasta que un día pasó algo.
Estaba en un evento, y un tío me dice:
— Oye, ¿tú eres el del Instagram ese tan limpio?
Yo, con media sonrisa:
— Sí, soy yo.
Y me remata:
— Me flipa tu feed, tío. No entiendo cómo puedes tener tan pocos comentarios.
Ahí me cayó la ficha.
Mi contenido se veía bonito, pero no decía nada.
Era como un escaparate de ropa cara… pero cerrado.
Gente mirando, nadie entrando.
Ese día lo borré todo.
Fotos, frases, filtros.
Y escribí un post sin edulcorante:
Dejo de comprar likes. Empiezo a contar la verdad. Y si eso te incomoda, mejor: significa que algo se está moviendo.
Empezaron a llegar comentarios.
Mensajes.
Reacciones reales.
Y ahí lo entendí:
No es hacer cosas bonitas.
Es hacer cosas que muerdan.
¿Y si decides probar con lo de siempre? Y no te aburres de comprar views en Instagram
Pues nos tardamos más, pero lo conseguimos igual.
Porque si tú no sueltas, yo tampoco.
Yo no prometo viralidad.
Prometo progreso.
Constante, real y con sentido.
Si aplicas lo que te voy a recomendar, seguramente nos va mejor a los dos.
Tú subes en resultados.
Yo subo en reputación.
Y cuando eso pasa, ya sabes lo que viene: marca, fans, ventas, respeto.
Esto no va de ganar seguidores.
Va de ganar impacto.
De que la gente quiera estar contigo, escucharte, recomendarte.
¿Empezamos? Dame lo que tengas y déjame convertirlo en algo que la gente no pueda ignorar.
UN ARTISTA FRUSTADO QUE NO SABÍA QUE TENÍA QUE HACER
Hace unos meses, un cliente me escribió frustrado.
Un artista con talento, carisma y hasta buena pinta.
Lo tenía todo… menos resultados.
— He probado de todo, me dijo.
— ¿Sí? ¿Qué has probado?, le pregunté.
— Comprar views. Poner hashtags de moda. Subir vídeos todos los días. Colaborar con gente que no me gusta pero tiene números…
Ahí me di cuenta: no había probado de todo.
Había probado lo de siempre.
Lo de todos.
Lo que no funciona (o lo que funciona durante tres días y luego te deja igual de vacío, pero con menos dinero y más frustración).
Le dije algo que no le gustó:
— “Tu problema no es que no haces contenido.
Tu problema es que no haces contenido que importe.”
Se quedó callado.
Y después de cinco segundos eternos me soltó:
— Bueno… ¿y tú qué harías?
Y ahí empezó todo.
No le prometí viralidad.
No le dije en 7 días tendrás 10K seguidores.
Eso se lo dejo a los vendehúmos con dientes blancos y fondos de Dubai.
Yo le prometí algo más jodido, pero más real:
Progreso.
De verdad.
Con sentido.
Y con estrategia.
Le cambié los títulos de sus vídeos.
Le enseñé a contar historias.
Le metí el contenido en grupos, redes, stories, reels, TikToks, X, hasta en el grupo de madres del cole si hacía falta.
Le mostré cómo vender sin parecer que estas vendiendo, cómo emocionar sin mendigar, cómo gritar sin hacer ruido.
Y, poco a poco, empezaron a llegar cosas:
Comentarios reales.
Mensajes de seguidores nuevos.
Gente que decía:
No sé quién eres, pero me he quedado hasta el final del vídeo. Quiero saber más.
PRECIOS INSTAGRAM CONTENIDOS
25€
150 ME GUSTA
100 COMENTARIOS
5 GUARDADOS
MÁS DE 5 COMPARTIDOS EN HISTORIAS EN 1-2 DÍAS
1.000 ALCANCE DE VISUALIZACIONES
PROMOCIÓN GENUINA
PÚBLICO DIRIGIDO
CRECIMIENTO
35€
225 ME GUSTA
150 COMENTARIOS
10 GUARDADOS
MÁS DE 10 COMPARTIDOS EN HISTORIAS EN 3-4 DÍAS
5.000 ALCANCE DE VISUALIZACIONES
PROMOCIÓN GENUINA
PÚBLICO DIRIGIDO
CRECIMIENTO
50€
300 ME GUSTA
200 COMENTARIOS
20 GUARDADOS
MÁS DE 25 COMPARTIDOS EN HISTORIAS EN 5-7 DÍAS
10.000 ALCANCE DE VISUALIZACIONES
PROMOCIÓN GENUINA
PÚBLICO DIRIGIDO
CRECIMIENTO
